La paradoja del crecimiento: equilibrar los logros a corto plazo con el éxito a largo plazo

La paradoja del crecimiento: equilibrar los logros a corto plazo con el éxito a largo plazo

En la búsqueda incesante del crecimiento, definido tradicionalmente como más beneficios, ingresos, clientes o cuota de mercado, nos encontramos en una encrucijada crucial. Este implacable paradigma del “más”, profundamente arraigado en nuestra psique empresarial y económica, está cada vez más reñido con los imperativos urgentes de la sostenibilidad y el bienestar de la sociedad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, un llamamiento universal a la acción para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar la paz y la prosperidad, contrastan claramente con este enfoque. Haciéndose eco de este sentimiento, la obra seminal de Kate Raworth “Donut Economics” nos desafía aún más, ilustrando cómo esta búsqueda incesante de “más” empuja a nuestras sociedades y al medio ambiente más allá de los umbrales de lo que pueden soportar de forma sostenible.

En este contexto, debemos preguntarnos: ¿Nuestra definición convencional de crecimiento nos está sirviendo realmente, o ha llegado el momento de replantearnos y realinear nuestras estrategias de crecimiento con estos objetivos más amplios y sostenibles?

El paradigma tradicional del crecimiento

A lo largo de la historia, el mundo empresarial ha operado predominantemente bajo un modelo de crecimiento impulsado cuantitativamente. Esta búsqueda incesante del crecimiento cuantitativo ha sido la vara de medir el éxito empresarial, la estrella que guía las estrategias y la fuerza motriz de la mayoría de las decisiones corporativas.

Sin embargo, este estrecho enfoque en las métricas cuantitativas tiene implicaciones y consecuencias significativas para la sociedad y el medio ambiente. En primer lugar, a menudo conduce al agotamiento de los recursos naturales, ya que el afán por obtener más ingresos y cuotas de mercado fomenta la sobreexplotación de materiales y energía. Este uso insostenible de los recursos contribuye significativamente a problemas medioambientales como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. El afán de expansión constante, aunque beneficioso a corto plazo para el crecimiento económico, plantea riesgos a largo plazo para el equilibrio ecológico del planeta.

Desde una perspectiva social, la búsqueda de la maximización del beneficio puede conducir a diversos resultados adversos. Prioriza el recorte de costes y la eficiencia sobre el bienestar de los empleados, lo que conduce a la inseguridad laboral, a unas malas condiciones de trabajo y a una mayor desigualdad de ingresos. Las empresas pueden pasar por alto consideraciones éticas en la búsqueda incesante del crecimiento, afectando a los derechos de los consumidores, la salud pública y el bienestar de la comunidad.

Además, este enfoque fomenta con frecuencia una cultura cortoplacista, en la que se da prioridad a las ganancias inmediatas frente a la planificación sostenible a largo plazo. Esta mentalidad puede ahogar la innovación, desalentar las inversiones en investigación y desarrollo y, en última instancia, obstaculizar el avance hacia modelos empresariales más sostenibles.

Aunque perseguir el crecimiento cuantitativo ha impulsado históricamente el desarrollo económico y el éxito empresarial, cada vez es más evidente que este enfoque es insostenible a largo plazo. Las implicaciones de dar prioridad a las métricas financieras a corto plazo frente a los factores medioambientales y sociales son profundas, y exigen una reevaluación crítica de lo que debería suponer el crecimiento real en un panorama mundial en rápida evolución.

Perspectivas contrapuestas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la "economía del donut

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas representan un llamamiento universal a la acción y abordan retos globales como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación medioambiental, la paz y la justicia. Lanzados en 2015, estos 17 Objetivos proporcionan un plan compartido para la paz y la prosperidad de las personas y el planeta, ahora y en el futuro. Significan un reconocimiento global de que el crecimiento económico no puede producirse a expensas del bienestar social y medioambiental. Los ODS hacen hincapié en la necesidad de un desarrollo holístico que combine el progreso económico con el cuidado del medio ambiente y la inclusión social.

Paralelamente, la “economía del donut”, un concepto desarrollado por la economista Kate Raworth, ofrece una perspectiva revolucionaria sobre cómo deben funcionar las economías en el siglo XXI. El núcleo de la “Economía del donut” es el marco visual de un donut, en el que el anillo exterior representa el techo ecológico que no debemos sobrepasar para proteger la Tierra, y el anillo interior representa la base social por debajo de la cual nadie debe caer. El espacio intermedio -la “masa” del donut- es el espacio seguro y justo para la humanidad. Este modelo desafía los paradigmas tradicionales de crecimiento argumentando que la búsqueda incesante del crecimiento del PIB pasa por alto los límites sociales y ecológicos críticos.

El modelo de Raworth insta a alejarse del pensamiento económico tradicional y lineal que se centra únicamente en el crecimiento del PIB y a adoptar un modelo que se equilibre entre estos límites. Hace hincapié en la necesidad de una economía que sea regenerativa por diseño, que restaure y reponga los recursos que utiliza en lugar de agotarlos. Además, la “economía del donut” aboga por que las economías sean distributivas por naturaleza, garantizando una distribución justa y equitativa de la riqueza y los recursos, abordando así la desigualdad y promoviendo la cohesión social.

Tanto los ODS de la ONU como la “Economía del Donut” subrayan la importancia de equilibrar el crecimiento económico con la equidad social y la sostenibilidad medioambiental. Cuestionan el modelo de crecimiento tradicional, que a menudo prioriza los beneficios económicos a expensas de los factores medioambientales y sociales, y abogan por un enfoque más holístico e integrado del desarrollo. Esta perspectiva se alinea con la idea de que la sostenibilidad y la prosperidad a largo plazo dependen de nuestra capacidad para operar dentro de estos límites ecológicos y umbrales sociales, redefiniendo lo que significan el crecimiento y el progreso en nuestro mundo interconectado.

La paradoja del crecimiento

La paradoja del crecimiento se encuentra en el corazón de las estrategias económicas y empresariales modernas, contrastando el enfoque tradicional del “más” y el reconocimiento emergente de la necesidad de estrategias sostenibles a largo plazo. Esta paradoja resume los objetivos contrapuestos de perseguir una expansión económica implacable frente a la adopción de un enfoque más equilibrado y sostenible del crecimiento.

Por un lado, el modelo de crecimiento tradicional ha impulsado la economía mundial durante décadas, alimentando la innovación, la industrialización y los avances tecnológicos. Sin embargo, dar prioridad a los beneficios financieros inmediatos y pasar por alto los impactos más amplios sobre la sociedad y el medio ambiente tiene un precio considerable.

Ignorar esta paradoja puede tener consecuencias nefastas. Ecológicamentepuede provocar daños irreversibles en los sistemas de nuestro planeta, empujándonos más allá de los límites medioambientales seguros. Socialmente, un enfoque implacable en el crecimiento económico puede exacerbar las desigualdades, socavar el bienestar de la comunidad y descuidar los valores humanos esenciales de equidad y justicia. Económicamentese corre el riesgo de crear burbujas insostenibles que provoquen inestabilidad y crisis financieras.

Por otro lado, las estrategias sostenibles a largo plazo abogan por un enfoque responsable. Estas estrategias reconocen que el crecimiento no consiste sólo en aumentar la cuenta de resultados, sino en mejorar la calidad de vida, preservar el medio ambiente y garantizar la equidad y la justicia. Esta perspectiva se alinea con los principios de la “economía del donut” y los ODS de la ONU, que hacen hincapié en la necesidad de operar dentro de los límites ecológicos al tiempo que se garantiza que nadie quede por debajo de la base social.

La necesidad de abordar la paradoja del crecimiento no es sólo un imperativo moral, sino también económico. Las empresas y las economías que adopten prácticas sostenibles serán probablemente más resistentes, adaptables e innovadoras. Están mejor preparados para enfrentarse a los retos de un mundo que cambia rápidamente, desde el cambio climático hasta las expectativas cambiantes de la sociedad. A largo plazo, las estrategias de crecimiento sostenible pueden conducir a economías más estables y robustas y a sociedades más sanas.

La paradoja del crecimiento presenta una disyuntiva: continuar con la búsqueda insostenible de más, o pivotar hacia un modelo de crecimiento que equilibre el avance económico con la integridad ecológica y la equidad social. Esta decisión crítica depende del futuro de nuestro planeta y del bienestar de las generaciones venideras.

Ejemplos del mundo real

Para exponer nuestros argumentos, consideremos cuatro casos de éxito:

Panera Bread, dirigida por su fundador y consejero delegado Ron Shaich. Shaich transformó Panera de una panadería de escasos márgenes en una próspera panadería-cafetería centrándose en lo que los clientes realmente querían: comida de calidad, sentido de comunidad y compromiso con las causas sociales. Este enfoque centrado en el cliente le ayudó a construir un modelo de negocio centrado en la misión de “la comida como debe ser”. La historia de Panera ejemplifica un cambio de los modelos tradicionales impulsados por los beneficios a un enfoque impulsado por la misión, equilibrando la rentabilidad con el propósito y la responsabilidad social. Este cambio creó una empresa rentable pero también alineó las operaciones, la cultura y la estrategia de la empresa con valores sociales más amplios. Continúe leyendo aquí.

La iniciativa IWAY de IKEA es un ejemplo convincente de cómo las empresas pueden impulsar un cambio positivo a través de sus cadenas de suministro. IWAY, el código de conducta para proveedores de IKEA, obliga a los proveedores a cumplir unas normas medioambientales y humanitarias específicas. Esto incluye los derechos fundamentales de los trabajadores, la seguridad en el lugar de trabajo, la conciliación de la vida laboral y familiar, la gestión del agua y los residuos y la prevención del trabajo infantil. A lo largo de 20 años, IKEA ha perfeccionado IWAY, demostrando su compromiso para garantizar que sus prácticas empresariales se ajustan a unos sólidos estándares medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Este enfoque refuerza la responsabilidad corporativa de IKEA y fomenta un cambio más amplio hacia prácticas empresariales sostenibles y éticas en la cadena de suministro global.

El proyecto “Cerremos la brecha” de H&M ejemplifica los principios de una economía circular (EC). Iniciado en 2013, este proyecto consiste en recoger y clasificar la ropa desechada de los clientes. Los objetos en buen estado se restauran y reutilizan, mientras que los que están al final de su vida útil se reciclan para reutilizarlos en nuevos productos. Los clientes son incentivados a través de fichas para obtener descuentos en las tiendas H&M, creando un bucle CE completo. En 2019, el 57% de las materias primas de H&M eran sostenibles, con el objetivo de alcanzar el 100% en 2030. Esta iniciativa cambia los modelos económicos lineales tradicionales por prácticas más sostenibles y circulares.

HSBC avanza a pasos agigantados en las finanzas verdes, comprometiéndose a invertir 100.000 millones de dólares en proyectos de sostenibilidad para 2025. En 2019, habían financiado más de 50.000 millones de dólares en proyectos de este tipo. En 2019 desarrollaron un marco de evaluación de riesgos ESG para garantizar el apoyo a las iniciativas ecológicas. Las prácticas ESG de HSBC le valieron una calificación AA de MSCI en 2021. Además, pretenden utilizar un 100% de energía renovable para 2030 y reducir el consumo de papel y de plásticos de un solo uso. Para más información sobre las mejores prácticas ASG, puede consultar su artículo “Las 6 mejores prácticas de información ASG” (enlace al final).

Redefinir el crecimiento

Para redefinir el crecimiento de acuerdo con prácticas sostenibles y éticas, las empresas y las economías pueden adoptar un enfoque holístico que abarque varias áreas clave:
  • Valor para las partes interesadas: Esto implica dar prioridad al bienestar y la satisfacción de todas las partes interesadas, lo que incluye a los empleados, los clientes y la comunidad en general. Comprender y atender sus necesidades conduce a prácticas empresariales más inclusivas y responsables.
  • Prácticas sostenibles: Centrarse en la gestión medioambiental y aplicar prácticas operativas sostenibles es esencial para la viabilidad a largo plazo y el equilibrio ecológico.
  • Normas éticas: Comprometerse con un comportamiento ético elevado y con la responsabilidad social corporativa es crucial. Esto garantiza que las operaciones empresariales se ajusten a los principios morales y a las expectativas de la sociedad.
  • Mentalidad innovadora: La innovación continua de productos, servicios y procesos es vital. Esto impulsa el crecimiento empresarial y contribuye a resolver los retos medioambientales y sociales.
  • Visión a largo plazo: Adoptar una perspectiva estratégica centrada en los objetivos a largo plazo en lugar de en las ganancias a corto plazo garantiza un crecimiento y un éxito sostenibles.
  • Énfasis en la calidad: Dar prioridad a la producción de alta calidad sobre la mera cantidad ayuda a construir una base de clientes sólida y leal y una reputación de marca resistente.
  • Adaptable y resistente: La flexibilidad y la capacidad de adaptación a las condiciones cambiantes del mercado y a las tendencias mundiales garantizan la continuidad y la relevancia del negocio.
  • Enfoque colaborativo: Fomentar el trabajo en equipo y las asociaciones dentro de la organización y con entidades externas favorece la innovación y el éxito compartido.
  • Mejora continua: Comprometerse con el aprendizaje y el desarrollo continuos es esencial para adaptarse a los nuevos retos y oportunidades.
  • Métricas equilibradas: Un conjunto completo de métricas que evalúan el rendimiento financiero junto con factores sociales, medioambientales y de gobernanza ofrece una imagen más precisa del impacto y el éxito globales de una empresa.

En resumen, este nuevo paradigma de crecimiento requiere un cambio de un enfoque singular en los beneficios a un enfoque más integrado que valore las consideraciones éticas, sociales y medioambientales junto con el éxito económico.

Llamada a la acción

Se insta a las empresas, los dirigentes y los responsables políticos a replantearse su enfoque del crecimiento, avanzando hacia un modelo que sea a la vez sostenible y holístico. Entre los pasos prácticos para lograrlo se incluyen:

  • Adoptar prácticas empresariales sostenibles: Implantar operaciones respetuosas con el medio ambiente y estrategias empresariales socialmente responsables.
  • Comprometerse con las partes interesadas: Implique activamente a todas las partes interesadas en la toma de decisiones para tener en cuenta las diversas perspectivas y necesidades.
  • Incorporar normas éticas: Mantener altos estándares éticos en todas las operaciones y decisiones empresariales.
  • Fomentar la innovación: Fomentar e invertir en soluciones innovadoras que aborden los retos medioambientales y sociales.
  • Implementar la planificación a largo plazo: Centrarse en la planificación estratégica teniendo en cuenta los impactos a largo plazo y la sostenibilidad.
  • Utilizar métricas de rendimiento equilibradas: Emplee un amplio conjunto de métricas que midan el rendimiento financiero, social y medioambiental.

Adoptando estas estrategias, podemos trabajar colectivamente hacia un futuro en el que el crecimiento sea económicamente beneficioso, socialmente responsable y medioambientalmente sostenible.

Conclusión

Redefinir el crecimiento exige pasar de un paradigma tradicional centrado en la cantidad a un enfoque sostenible y equilibrado. Los argumentos críticos presentados hacen hincapié en la necesidad de normas éticas, el compromiso de las partes interesadas y visiones a largo plazo en las prácticas empresariales. Al integrar estos elementos con la innovación y el pensamiento sistémico, las empresas y las economías pueden lograr una prosperidad que equilibre el éxito económico con la gestión medioambiental y la responsabilidad social. Esta transformación es beneficiosa y esencial para las generaciones futuras, garantizando un mundo en el que el crecimiento y la sostenibilidad coexistan armoniosamente.

El ethos de RoundMap se alinea perfectamente con la conclusión de redefinir el crecimiento. Como entidad que defiende el éxito empresarial sostenible a través del pensamiento sistémico integral y el liderazgo impulsado por las partes interesadas, RoundMap® encarna el cambio de los modelos de crecimiento tradicionales a estrategias sostenibles y holísticas. Su enfoque en romper silos, fomentar la colaboración y alentar la innovación continua ejemplifica el compromiso de equilibrar el éxito económico con la responsabilidad medioambiental y social. RoundMap® se erige como un faro para las empresas en transición hacia un futuro en el que la prosperidad se mida no sólo en términos financieros, sino en el bienestar de todas las partes interesadas y del planeta.

Referencias y lecturas complementarias

Author

  • Edwin Korver

    Edwin Korver is a polymath celebrated for his mastery of systems thinking and integral philosophy, particularly in intricate business transformations. His company, CROSS-SILO, embodies his unwavering belief in the interdependence of stakeholders and the pivotal role of value creation in fostering growth, complemented by the power of storytelling to convey that value. Edwin pioneered the RoundMap®, an all-encompassing business framework. He envisions a future where business harmonizes profit with compassion, common sense, and EQuitability, a vision he explores further in his forthcoming book, "Leading from the Whole."

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